jueves, 3 de abril de 2008

Responsabilidad Social Corporativa: una estrategia integrada

Ing. Perla Puterman S
Economía
Hace algunos años, todavía se desprendía de la retórica de algunos empresarios aquella idea de Milton Fridman ("El Capitalismo y la libertad" 1966) que postulaba como única responsabilidad de la empresa el ajustarse a la ley y buscar el máximo beneficio. Sin embargo, desde los inicios de este siglo, estamos presenciando no sólo discursos sino también acciones de compañías que impulsan su crecimiento económico a la vez que contribuyen al desarrollo sustentable de la sociedad.
Sucede que las empresas también forman parte y funcionan dentro de la sociedad, entonces algunos empresarios han decidido cuidarla desde la perspectiva del negocio, hacerse cargo del cumplimiento de su Responsabilidad Social.
¿Una estrategia?
Lo que corresponde, lo que debe ser, dicen algunos. La empresa se beneficia en su ambiente, ahora responde de alguna manera más allá de sus funciones específicas para beneficiar a este ambiente. Si como resultado la empresa se beneficia aún más en este accionar es porque la sociedad también reconoce lo que hace, es decir, las consecuencias serán positivas para la imagen de la empresa.
La Responsabilidad Social (RS) ha invadido múltiples espacios e instituciones del escenario internacional. Si bien, se lo asocia a las empresas y específicamente se la denomina Responsabilidad Social Corporativa (RSC); se extiende a todas las organizaciones que aportan soluciones, servicios o productos a la sociedad.Llamamos RS de las organizaciones al modo de obrar en forma tal que sus acciones neutralicen efectos negativos o impacten positivamente en el medio ambiente y la vida humana para construir una sociedad más cohesionada y más justa. En esta línea podemos hablar de medidas de variado tenor, Los temas pueden ser también diversos; medidas "ecológi- cas", relacionadas con el impacto ambiental, ayuda a los grupos más necesitados de la comunidad, las campañas para combatir enfermedades como el Sida o el cáncer, hasta el cuidado de los espacios públicos o pequeñas contribuciones en un barrio, etc.
Las prácticas de RS, por las empresas (RSC) no pretenden competir ni desplazar a las políticas públicas (sociales, laborales, etc) del Estado que deben impulsar el desarrollo equitativo y sustentable del país. La intención de dichas prácticas es constituirse en un aporte significativo para la sustentabilidad y el desafío en los próximos años será encontrar espacios y líneas de trabajo que las articulen. En Europa se debate cuáles son las medidas a adoptar por los Estados para promover y ampliar las prácticas de RSC.
El término RSC es el resultado de una problemática que ya tiene más de 30 años.En los años sesenta se restringía al ámbito académico.
Se afirmaba que entre las empresas y la sociedad hay un contrato social implícito cuyos intereses son el crecimiento económico, la preservación del medio ambiente y el mejoramiento de la calidad de vida. Por lo tanto, las decisiones estratégicas y operativas que toman las empresas no sólo deberían servir a sus propios intereses, sino también a la sociedad en general.
En la década del ochenta, en el ámbito empresarial comienza a surgir la idea de responsabilidad ampliada a los "stakeholders". (En español, el término se traduce como "parte interesada" o "grupo de interés"). En otras palabras, la permanencia y los resultados de la empresa están condicionados a las respuestas satisfactorias que reciban sus "partes interesadas" (específicamente: sus clientes y consumidores, sus proveedores, sus accionistas, sus empleados y las generaciones futuras, teniendo en cuenta el impacto ecológico de su actividad empresarial).
Finalmente, desde los 90 a la fecha, el concepto de RSC se plantea como parte de la estrategia de la empresa. De la lectura de un gran número de conceptualizaciones, se llega a la idea de que La Empresa Socialmente Responsable gerencia su crecimiento global integrando a su actividad principal, la búsqueda de soluciones a problemas económicos, medioambientales y sociales (en cuanto a, por ejemplo: cambio climático, acceso al agua, derechos humanos, trabajo decente, derecho del consumidor, corrupción, competencia leal, inclusión, etc) en los ámbitos local y global.
El concepto de RSC ha evolucionado y hay un consenso sobre lo que es y lo que no es RSC. Su práctica, sin embargo, aún es muy reciente. Hace poco que se reflexiona sobre las aplicaciones de la RSC y especialmente sobre su medición y sus resultados. Si se consideran las empresas en el mundo, se puede afirmar que son muy pocas las que comunican su gestión de RSC a través de las memorias del balance social transparente, medible y verificado.
En mayor medida crece el número de compañías que impulsan acciones parciales como acciones filantrópicas o de beneficios para su personal.
Indiferencia
También se conocen algunos casos de empresas que han sufrido las consecuencias en su imagen y reputación, por ser indiferentes a las exigencias de "los grupos de interés", o bien considerar la RSC como una moda no integrada a los valores de la empresa sino desprendida superficialmente en alguna publicidad o en intentos aislados de relaciones públicas sin una política coherente.
Un nuevo escenario se está configurando, donde las exigencias de responsabilidad social atravesará a todas las instituciones y organizaciones.Y específicamente en el ámbito empresarial, la tendencia en los próximos años será el aumento y la consolidación de la participación de "los grupos de interés".
Actualmente, está creciendo significativamente el número de empresas (grandes o PyMEs) que demuestran interés y aplican RSC, desde diferentes perspectivas y posibilidades.
Los mejores resultados los obtendrán solamente empresas que cuentan con directivos o empresarios que lideran coherente y consistentemente la integración de la RSC en los valores y las estrategias de sus negocios.

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